Tras ser utilizado durante siglos como cantera para construir diversas obras de la ciudad, como el puente de Cal y Canto y el Palacio La Moneda; en 1870 Benjamín Vicuña Mackenna, entre otros, ya se referían a la idea de transformar el cerro en un gran espacio público capaz de dar soporte a la nueva vida urbana que emergía en la capital.

 

Durante la década de 1900 se construyen las primeras obras en el cerro: el observatorio Manu

el Foster y el Monumento a la Inmaculada Concepción. En 1903, la instalación del observatorio fue la primera construcción en ocupar una cumbre del cerro San Cristóbal. Fue gestionada por Samuel Lick, de la Universidad de California, quien decide instalar un telescopio gemelo al que tenían en Estados Unidos dentro del hemisferio sur. Actualmente, esta instalación pertenece a la Universidad Católica de Chile pese a que se mantiene inutilizado debido a la contaminación lumínica emanada por la ciudad.

 

Por su parte, el monumento a la Inmaculada Concepción fue aprobado por el Arzobispo de Santiago, Mariano Casanova, y se localizó en el terreno donado por las Comunidades de la Recoleta Domínica y de las Carmelitas de Santa Teresa. Si bien se inauguró oficialmente en 1908, poco después de la fundación de Santiago ya habían instalado en la cumbre una cruz de 10 metros de alto, que permaneció ahí hasta fines del siglo XIX. Hoy, el monumento forma parte de un Santuario altamente reconocido por la Iglesia Católica de Chile y la imagen a la Inmaculada Concepción –a 863 metros de altura–, configura un hito en el paisaje urbano de Santiago.

 

Pero no es hasta 1916, cuando el Intendente Alberto Mackenna y el senador Pedro Bannen inician la gestión de la expropiación de los terrenos, que realmente se proyecta la idea de consolidar un gran parque público. Mackenna, en ese momento Intendente y jefe de los Boy Scouts incitó a que estos últimos subieran el Cerro y se apropiaran de su terreno. Una vez que comenzó a ser utilizado y reconocido por la ciudadanía, se convirtió fácilmente en un lienzo de acción pública.

 

En 1925, el Presidente Arturo Alessandri Palma destinó  4,8 ha de los terrenos para la construcción del Zoológico, localizado en el acceso más cercano a la ciudad consolidada. Ese mismo año se inaugura el Funicular - hoy monumento histórico-, cuya estación en la Plaza Caupolicán fue construida por el arquitecto Luciano Kulczewski. En la misma década se da inicio a un plan de forestación y un sistema de regadío, ya que el terreno se encontraba desprovisto de vegetación.

 

Durante la década de 1960 se construyen una serie de programas que activan el uso y ascenso público del cerro. Entre estos, la plaza México, la Casa de la Cultura Anahuac, la piscina Tupahue y la plaza de juegos infantiles Gabriela Mistral. En 1966 se refunde legalmente los servicios "Cerro San Cristóbal" y "Jardín Zoológico" en uno solo denominado "Parque Metropolitano de Santiago".

 

 

En 2012 se inaugura el Parque Bicentenario de la Infancia en el sector poniente del Cerro San Cristóbal bordeando la Avenida Perú. Se trata de un espacio público de 3,8 ha diseñado por la oficina Elemental, dedicado a la recreación y estimulación psicomotora y sensorial de niños entre cero y seis años.